Flechazo en el tranvía.

Hoy me gustaría compartir con vosotros una noticia que tuve el gusto de leer ayer.

La noticia cuenta la historia de Sergio, un chico de 23 años.

El 18 de Abril Sergio, como numerosos jóvenes, fue al día del Bando de la Huerta. Era el primer año que iba a dicha festividad y para desplazarse utilizó el tranvía.

A la vuelta de la fiesta sucedió algo inesperado. En el tranvía se topó con una chica y sus amigas.

No pudo evitar fijarse en ella e intento hacerle saber que estaba realmente interesado pero ella no reaccionó ante sus señales. Según dice él esto se debía a que presentaba síntomas de no estar bien, estaba triste.

Sergio, al ver que aquello no funcionó, le contó lo sucedido a una amiga. Gracias al consejo de esta, él decidió escribir una carta dirigida a aquella chica y empapelar con ella las paradas del tranvía. Esto lo hizo con el fin de encontrarla y así tener la oportunidad de conocerla.

Adjunto la foto de la carta y el enlace de la noticia (también aparece un vídeo) por si alguno de ustedes está interesado en leerla.

Tras dicha noticia han surgido opiniones de todo tipo. Algunos se lo ha tomado como una muestra digna de admiración y otros como el más puro acoso.

Poniéndome en la situación de la chica es cierto que sentiría ambas cosas al mismo tiempo. En un primer momento me sentiría acosada, con miedo. Me hubiese parecido una locura que un hombre escribiera algo así y lo hiciese público con el fin de ponerse en contacto conmigo.

Pero, por otra parte, me sentiría halagada. Que una persona que no conozco tenga ese detalle hacia mí, que se haya fijado y haya tenido la valentía de hacerlo público de una forma tan romántica es digno de admiración. 

Sin duda alguna, valorándolo desde el exterior me parece precioso. Creo que actualmente ya no quedan personas dispuestas a hacer locuras por amor, por un flechazo. Y me alegra que todavía queden unos pocos. 

Unos pocos a los que no les importe hacer el "ridículo", exponerse a la crítica social o llevarse una calabaza pública. Me encanta que sigan existiendo personas que arriesgan sin importarles lo que venga.